No sé muy bien como explicar la primera cena de esta
entrada. Seré breve, no quiero ni recordar mucho este día; y si lo recuerdo que
sea para reírme de la cadena de despropósitos o errores que se cometieron según
mi opinión. Simplemente pondría: “Desastre dentro de la secta”.
Paso a explicarlo. La tarde empezó rara porque nada más
terminar el colegio y mientras cojo mis pertenencias se escucha por megafonía
que me están esperando en secretaría (nunca nos llaman, no entiendo por qué
esta vez sí…). Me habían avisado que tenía que medir mis palabras porque son un
poco extremistas, y todo empezó exactamente como preveía en mi mente. La mujer
nos empezó a contar hacia donde nos dirigíamos y nos habló un poco de ello.
Cada frase era una losa que se tiraba encima. Todo lo afirmaba muy segura, como
si lo demás y los demás no se hubieran enterado de la película y viviesen en
otro mundo.
Aparecimos en el edificio y, como es lógico, entramos. Nos
hicieron un tour rápido por el sitio, casi corriendo y enseñándonos lo justo y
necesario para terminar bajando al sótano que es donde está la cocina y la sala
que utilizan para comer.
En teoría (y digo en teoría) hoy era un día especial, iban a
venir unas 100-150 personas. Todo ellos disfrazados porque se celebraba
Halloween.
Prosigo con nuestra brillante cena (mono irónico: on).
Entramos en la cocina y saludamos a tres personas que allí se encontraban. En
ese momento nos ponen un bol y nos dicen que si les podemos ayudar en la
realización de pan frito. Como siempre, nosotros aceptamos, pero no sabíamos
que esta mujer quería que hiciésemos ¡¡¡tres boles!!! Tras hora y media
amasando pan, haciendo su forma y ponerlo en el fuego conseguimos terminar.
Allí lo más parecido a las gracias fue un “no ha quedado muy bonito pero esta
bueno”.
A todo esto, la mujer que suele hacerlo estuvo con nosotros
haciéndolo los primeros 10 minutos, luego se apartó un poco y se limitó a mirar
y a dar órdenes restregando nuestros errores (sería que no se dio cuenta de que
estábamos hartos y los hacíamos más grandes para terminar antes… ) La persona
que nos llevó estaba sacando los panes de la sartén…
Parecía que todo había terminado cuando se acabaron los
boles, pero aún nos quedaban más cosas… Nos llamaron a cenar. Allí podía haber
50 personas (sobró pan para las próximas tres semanas como poco). Cogimos
nuestra comida, mientras estábamos esperando para cenar se acercó un niño y me
regaló un tiburón/ballena de papel. Es precioso, sin duda lo mejor de la cena.
Nos sacó una sonrisa.
También nos sacó una sonrisa una señora xl, muy grande ella,
que iba de huevo frito. Mientras tanto gritaba: “Y mi marido va de beicon…,¡huevos
con beicon!”
Ya estábamos todos, y ponen un power point. Resulta que estábamos
en una reunión acerca de la diabetes. “¡Venga ya! Lo que me faltaba por ver.”
Nos pusimos hasta las cejas de perritos, hamburguesas y mientras lo comíamos
teníamos que contar cucharadas de azúcar. Inaudito. Se me olvidaba que al final
de la cena nos regaló, la chica que dirigía la reunión, una bolsa de caramelos.
¡¡¡Azúuuuuuuuucar!!! Todo por combatir la diabetes.
Una vez terminado todo esto nos llevaron a una casa del
terror que habían realizado para la ocasión. Fue una castaña y encima alguien
me agredió por la espalda; aparte de malos, agresivos. Pero bueno nada grave,
tengo una espalda de acero (vi a uno sangrar por los nudillos así que sería
ese…)
Tras la brillante actuación de los asustadores o lo que sean
esas personas que se meten en estos sitios, bajamos a la primera planta. Allí
me dejaron solo un rato y fue lo mejor. Me pilló por banda una nativa y me
contó toda la historia, con pelos y señales, desde el principio hasta ahora.
Puede resultar coñazo, pero ya que estaba allí quería conocer un poco acerca de
ellos y esta mujer me los acercó un poco. ¡Por fin algo de su historia!¡Estaba
deseoso de que alguien me contara algo! Al final pude conocer un poco de su
interesante andadura por el mundo, más vale tarde que nunca.
Una vez terminada la explicación y habiendo aguantado sin
llamar al 911 (es el número de emergencias aquí) nos despedimos y nos fuimos.
Al día siguiente me di cuenta de que el concepto de
diversión que tengo yo dista mucho del de la mujer que nos invitó. Según ella
disfrutamos muchísimo cocinando y cenando allí; pero mi versión es que estoy
demasiado ocupado como para volver…
Para finalizar os diré que son nativos americanos, que casi
seguro que todos estabais deseosos de saber quienes eran… (Ho-Chunk Nation)
En resumen… tienen muchas cosas que me llaman la atención y
me gustan pero no comparto como está formado, como dije al principio, modo
secta.
* * *
La quedada de Amity fue muy rápida. No me explayaré mucho
porque tenemos otra cena dentro de poco en la misma casa. Y hablando de casa,
es una auténtica pasada el jardín que tiene al lado del río y su lancha. Un día
como ese nosotros nos saldríamos con la cena y nos podríamos a cenar. Las
vistas al río Mississippi son espléndidas.
Otro de los trocitos que me dejó impactado fue una de las
habitaciones que se encuentra en el sótano. Tiene una barra americana, una mesa
redonda típica de partida de póker y un billar. Todo esto con una pecera enorme
que vigila cada movimiento y una perfecta luz tenue. Son dos de los trozos de
casa que más me han impresionado por ahora. Precioso.
Antes de la cena, nos vinieron a recoger a Inma y a mí a mi casa,
para posteriormente ir a recoger a otras tres chicas que forman parte del
programa Amity. Solo conocimos a dos chicas de las tres.
Una de ellas es filósofa y habla por los codos; la otra no
recuerdo lo que es porque no hablaba así que, se complementan muy bien… La
tercera en discordia no estaba porque había ido al aeropuerto a recoger a unos
familiares.
La anfitriona es muy amable. Tiene un hijo en nuestro
colegio y otro más pequeño, el que está en nuestro colegio va a clase de Inma
por lo que ya se conocían. Yo solo había escuchado hablar de ella. Da clases de
inglés en la universidad y se defiende más que bien en español. Estuvo
estudiando en España más concretamente en tierras murcianas.
La comida estaba, pero es que estaba… Increíble. Nos puso
jamón serrano, con queso manchego y un poquito de aceite (en las última semana
lo he comido tres veces,… ñam, ñam) También había tortilla de patatas, muy rica
por supuesto (no sé si porque la echamos de menos o porque realmente estaba
buenísima…). Y alguna cosilla más por ahí que se la dejamos al perro, con lo
anterior teníamos suficiente…
Y poco más, en las escasas dos horas que estuvimos nos dio
tiempo a tener una toma de contacto para el día siguiente que vayamos. Si a
esto le sumamos que conocimos gente… fue un día más que positivo.
* * *
Hoy ha sido el día en que hemos vuelto a su casa, esta vez
el marido nos ha acompañado en la cena, que para no variar estaba deliciosa. La
cena consistió en un trozo de pollo con cebolla y algo más que no llegué a
descifrar, a esto se une una salsa y un poquito de guarnición que tenía una
pinta terrible y que en casa nunca me hubiera comido… pero aquí hay que ser muy
polite (como ellos dicen; diplomático
para nosotros) y procedí a comerla al principio que es cuando más hambre tiene
uno y menos se fija en los sabores; para los últimos trozos casi me tengo que
tapar la nariz, pero las chicas de sincronizada me enseñaron que hay que
sonreír siempre cuando se está actuando… que queda más bonito.
A pesar de este pequeño entrante la comida estaba fabulosa;
el marido trabaja en un restaurante que pertenece a la familia y realizó allí
la cena. Queremos ir un día allí, así que ya os contaré qué tal.
Antes de todo esto estuvimos jugando en el jardín de la casa
con los dos hijos. Un rato al fútbol americano, otro al golf, otro con un tubo
de gusano, un poco de todo vamos.
* * *
Últimamente las cenas son muy parecidas y sin nada que
destacar, así que pasaré solamente a contar las más interesantes…