martes, 1 de enero de 2013

¡Feliz año nuevo!

Un año se va, o un año viene. Nos va a dar igual una cosa o la otra... lo único que sabemos es que en mi querida Castilla ahora es día 1 del 2013 y este pequeño rincón del mundo en que me encuentro (La Crosse) todavía es el día 365 del 2012. Y digo que nos va a dar igual porque al fin y al cabo esto se trata de vivir el presente y éste me dice que me tengo que limitar a disfrutar cada segundo de él no importa el día en que esté.

Hoy es de esos días marcados en rojo en el calendario, dentro unos cuantos minutos yo también cambiaré el mio para poner el del 2013 y volver a marcar, como cada año, muchas fechas en rojo... pero, os puedo asegurar, que el día 31 estará entre ellas.

Todos vamos ilusionados a este momento, no hay ninguno de nosotros que no tenga unos pequeños nervios cuando se acerca esta fecha tan señalada... Primero porque hay que levantarse y gastar pocas energías por la mañana... pues espera un día duro. Comer un buen plato de pasta para terminar el año, descansar otro poco y coger el metro. Coger el metro para la mejor carrera del mundo, La San Silvestre Vallekana. Esa carrera a la que vas con una sonrisa y repleto de ilusión; y te vuelves con una sonrisa aún más grande y el mismo propósito de todos los años... "el año que viene prometo entrenar algo, me duele todo"... "no puedo ni subir escaleras",... Así es señores, pero esa hora que te has pasado ahí sufriendo a la vez que disfrutando no se compra con dinero (bueno sí, lo que te roban por la inscripción).

Una vez que llegas a casa y te duchas a toda prisa (Víctor lo sabe bien porque hay años que casi no le da tiempo... es que él es muy rápido) para volver a bajar;... volver a bajar a la calle con mis padres, esos personajillos que se suben a un cierre de una tienda para gritarte mientras pasas a su lado en la SanSil, y andar unos cuantos metros para entrar en el templo; en la línea de meta, en el recinto que tantas emociones nos ha hecho vivir,... empezar a subir las escaleras y descubrir que el tío que inventó las barandillas es tu héroe (nadie sabe la de fuerza que se puede hacer contra ellas para subir los escalones... pues recuerda tus piernas no se recuperan en cinco minutos...).

Héroes... tú haces todo ese esfuerzo por algo, por alguien,... la verdad es que no es por nadie en concreto tu únicamente vas allí a ver si los españolitos aprovechan la última subida (dónde nuestro querido Isaac Viciosa ganaba siempre) para dejar atrás a esos prodigios africanos del atletismo. No siempre se consigue, pero tú te vuelves a casa como si hubieras vivido la final olímpica de 100 metros... el más feliz del mundo y... el más dolorido.

Vuelves a casa, la mesa está preparada; (aquí es cuando mi tío y abuela discuten sobre los horarios de la cena... es que mi abuela no le gusta cenar, prefiere merendar tarde...)

El caso es que cenamos, da igual la hora, porque aunque estés cinco horas en la mesa siempre sobrará más de lo que había al principio... y preparamos las uvas para el gran momento.

El momento se acerca y aunque sea algo que he vivido durante ya 24 años siempre es algo especial, algo de nervios o un gusanillo en el estómago se pasea por allí... (todos queremos que alguien se atragante y podamos reirnos y hacer bromas durante los 365/366 días siguientes).

Antes era más gracioso pues todos esperábamos la aparición estelar de Ramonchu; ahora siempre está la Igartiburu pero el otro, bueno el otro le van cambiando.

Se acerca el momento, baja esa gran bola dorada... suenan los cuartos... y... "Tóoon, Tóoon,..." esas doce campanadas cada tres segundos que todos estábamos esperando y que este año he podido vivir a las 17.00 horas en el otro lado del charco. Eso sí, no me ha faltado la familia (Ángel, Dori y Ángel) estaban al otro lado de la pantalla haciendo señas con las manos para que no nos confundiéramos... pero podían estar tranquilo pues que estábamos viendo La 1... 

Terminan las campanadas, todos nos felicitamos el año (unos in situ otros vía móvil), el abuelo coge el cava, champagne o lo que sea y ¡a brindar!


A partir de aquí te vistes para ir por ahí con los amigos, esa gente que lo único que desea es que vayas como una cuba (normalmente Iván e Isma son los que rellenan tu vaso vacío, aunque sean vagos, para éstas cosas hacen un esfuerzo) ... Y al final terminas en los brazos de Pedro o con Mila comiendo corazones de azúcar o... regalices en su defecto. Para cumplir con la tradición y zamparte unos churros con chocolate en "El Brillante".


Por otro lado, en casa; se disfruta de un Pokino, una pocha, un bingo,... o juegos reservados, desde 1870 o antes, para este día.

Y así cada año, uno tras otro va pasando; siempre las mismas cosas pero con resultados diferentes; siempre tan divertido y siempre tan inigualable.

¡¡¡FELIZ AÑO A TODOS!!! Y que este nuevo año nos traiga nuevos retos y nuevas aventuras...


PD: En breve espero poder mostraros un vídeo acerca de nuestras uvas americanas...

2 comentarios:

  1. Los de VK la tenemos más grande que los de Wisconsin6 de enero de 2013, 4:51

    Feliz año de uno de esos que te rellenan el vaso aunque sean vagos, un año de estos te escribo a ver que tal estas...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Jodido Isma!!! Eres un grande y, que quede claro que no lo sé, ¡¡¡qué huevazos tienes!!! jajajaja

      Eliminar