O como lo llamaríamos nosotros “Día de los Veteranos”. En este día la mayoría de los familiares de
los alumnos del colegio que han servido al ejército del país vienen al colegio.
Allí hacemos una ceremonia que dura aproximadamente una hora y media. En ella
todos los niños cantan canciones y agradecen a los veteranos allí presentes el
esfuerzo por defender su patria.
Cada clase ha cantado una canción diferente, y más adelante
los más mayores nos deleitaron con uno de esos momentos en los que se te pone
la piel de gallina; la gente allí presente rompía a llorar; y yo, que no soy de
aquí, ha tenido un momento en que no sabía ni lo que sentía (poco más y me
siento uno de ellos…). Increíble espectáculo el que todos los allí presente
hemos podido presentar.
Una de las canciones iba repasando todas las partes del
ejército americano, y cada vez que nombraban alguna los que estuvieron en ella
se levantaban y el resto les aplaudía; mientras tanto los niños continuaban con
la canción.
Más adelante todo el mundo se puso se pie y mirando a la
bandera empezaron a cantar el más que famoso “The Star-Spangled Banner”. Allí todo el mundo entonó el himno
americano para terminar con una atronadora ovación.
Toda la ceremonia había terminado, pero nos faltaba el
último acto. Los veteranos salían primero de la sala y se colocaban en dos
hileras a ambos lados del pasillo. Toda la gente allí presente iba saliendo de
una en una dándoles la mano para agradecerles su dedicación; mientras que los
niños entregaban lo que días antes habían hecho en el clase. Unos entregaban
cartas; otros, flores de papel;…
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